El pasado año 2017, la Organización Mundial de la Salud hizo público el listado de las diez patologías que provocan las mayores tasas de mortalidad a nivel global; en ese listado que lideran las cardiopatías isquémicas y los accidentes cerebrovasculares, figuró por primera vez la enfermedad del Alzheimer, causante de 1,5 millones de muertes en todo el mundo.
Sin duda, el Alzheimer es una de las enfermedades degenerativas con mayor incidencia en nuestra sociedad. No solo experimenta un claro crecimiento anual, sino que ya es la forma más común de demencia. La Asociación Internacional de la enfermedad del Alzheimer calcula que alcanzará a 131,5 millones de personas para el año 2050.
Actualmente esta enfermedad degenerativa la sufren más de 45 millones de personas en todo el mundo, de las cuales 800.000 de ellas pertenecen a nuestro país, la mitad de los cuales se encuentran en situación de dependencia.
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El Alzheimer, un mal moderno sin cura
El denominado Alzheimer o demencia tipo Alzheimer es una enfermedad progresiva que destruye la memoria, la capacidad de aprender o de razonar, incluso, modificaciones en la personalidad y la conducta. Se trata de un trastorno encefálico de deterioro progresivo y crónico que provoca un severo deterioro en la persona afectada.
Aunque todavía se desconoce la verdadera causa que provoca en un ser humano la aparición del Alzheimer, los científicos sí pueden afirmar que algunos de los factores que inciden en ella son:
- El envejecimiento. Es el mayor factor de riesgo. La media de edad de las personas que sufren esta enfermedad es de 80 años.
- La genética. Si familiares con parentesco de primer grado sufren o han sufrido Alzheimer existe mayor riesgo de padecer esta enfermedad. El gen APOE-e4 es el gen de riesgo asociado con la enfermedad de Alzheimer, siendo el responsable de 1 de cada 4 casos.
- Deterioro cognitivo leve. Sufrir este problema, que afecta directamente a la memoria puede tener relación con la aparición del Alzheimer.
- El sedentarismo
- Padecer diabetes o hipertensión
- La obesidad
- Trastornos del sueño
- Padecer depresión en edades avanzadas
Si bien, no existe una única causa, muchas de las citadas pueden contribuir a la aparición del Alzheimer y a su tendencia de crecimiento entre la sociedad.
Hoy día existen medicamentos y controles que permiten tratar esta enfermedad, aliviando sus síntomas y permitiendo al individuo seguir manteniendo sus funciones mentales y su independencia durante un mayor periodo de tiempo, pero no haciéndolos desaparecer. El Alzheimer no tiene cura y aunque la progresión de esta enfermedad varía según la persona que la sufre, el promedio de vida para aquellas personas que son diagnosticadas de Alzheimer es de ocho años desde el inicio de los síntomas.
Síntomas del Alzheimer
Los primeros síntomas indicativos del Alzheimer son pequeñas pérdidas de memoria, confusiones o dificultad para organizar los pensamientos. Todo el mundo ha vivido situaciones como olvidar donde dejaste las llaves del coche o el nombre de esa persona que hace tiempo que no ves, sin embargo, las pérdidas de memoria provocadas por el Alzheimer son persistentes y graduales. Según la persona afectada, estos fallos del cerebro empeoran a distinta velocidad, afectando progresivamente a las habilidades para desenvolverte en tu día a día.
Si encuentras dificultades a la hora de desempeñar las tareas habituales del hogar o en el trabajo, sufres desorientación, dificultades en el habla, problemas para entender imágenes visuales o simplemente cambios en el humor o el ánimo, puede tratarse de una sintomatología propia del Alzheimer.
La atención al paciente con Alzheimer
El crecimiento exponencial de esta enfermedad neurológica supone un reto para los profesionales sociosanitarios, que cada año deben tratar con un mayor número de pacientes con esta patología. Una patología que conlleva una alta especialización para poder ofrecer la atención adecuada a un tipo de pacientes complejos médicamente hablando, debido a su privación en alto de grado de memoria, lenguaje, función visoespacial y conductas.
Desde la detección de los primeros síntomas a nivel de atención primaria hasta la dependencia total del enfermo por parte de sus cuidadores, el enfermo de Alzheimer requiere de un modelo de atención especial para cada una de sus fases donde el cuidado pase por el desarrollo de ejercicios o actividades que fomenten la actividad neuronal, por mantener sus capacidades a nivel cognitivo, y hasta la ayuda en sus funciones vitales en su fase más avanzada.
Curso de APPF para personal no sanitario relacionado con esta enfermedad
Entre todos los cursos homologados de APPF para personal no sanitario se encuentra el curso «actuación del celador con el enfermo de Alzheimer«, una de las figuras del entorno sanitario que mantiene un contacto directo con los pacientes que sufren esta patología.
Un curso de 170 horas de duración puntuable como méritos en las convocatorias del ámbito no sanitario, en la categoría de Celador y Celador conductor, a la Administración Pública. Y cuya misión es la de dar una respuesta profesional del trato y cuidado hacia los pacientes que padecen Alzheimer y Demencias afines, así como del entendimiento de la misma.
