Cómo captar la atención de los alumnos en clase

Captar la atención de los alumnos, que no dejan de ser niños, es bastante complejo ya que cada niño es totalmente diferente pero además sus personalidades no están del todo desarrolladas. Algunas personas tienen problemas de concentración en edades tempranas mientras que otros sí tienen la capacidad plena para centrarse en una tarea determinada y por eso debemos desarrollar unidades didácticas originales.

Cómo captar la atención de los alumnos en clase: Sé paciente

No todos podemos ser pacientes y es muy complicado mantener la calma cuando no paras de repetirle a tus alumnos lo que deben hacer. Sin embargo, siguen sin hacerte caso. ¿Piensas que perdiendo la paciencia o los papeles esto mejorará? Te equivocas. Lo único que transmites a tus alumnos será inestabilidad, descontrol y cero confianza.

Perder los estribos por un mal alumno o una mala ‘clase’ puede hacer que tus alumnos actuales y los posteriores no te vean como ese referente modelo al que seguir. Por tanto, antes de levantar la voz o tirar la toalla, respira hondo y reinventate. Transmite lo que quieres que hagan de otra forma diferente.

Ajusta tus expectativas a la edad de tus alumnos

Los alumnos de infantil tendrán periodos de atención cortos. No puedes pretender que se mantengan centrados en una actividad por un largo periodo de tiempo. Debes preparar actividades cortas, muy entretenidas y diferentes a las anteriores para que no sientan que están haciendo lo mismo una y otra vez, pero será necesario que practiquen determinadas habilidades varias veces. Prepara juegos dinámicos en los que además de jugar aprendan, eso siempre los entretiene. En especial en Educación Infantil y en la primera etapa de Primaria es fundamental establecer unos ritmos muy definidos, con un comienzo y un fin claro para el niño en cada actividad, de manera que entienda cuando debe prestar la máxima atención.

Los alumnos de primaria tendrán periodos de atención más largos que los anteriores. Sin embargo, dependerá del ciclo en el cual se encuentren. Por otra parte, desde los cinco años a los catorce es cuando se suelen mostrar los déficits de atención. Como docentes es necesario mantenerse atento a señales que indiquen que un alumno tenga déficits de atención y problemas cognitivos. Esta etapa escolar nos permitirá desarrollar actividades más complejas manteniendo a nuestros alumnos centrados en la tarea que queremos que desarrollen.

Los alumnos de cursos superiores (instituto y universidad) tendrán menos problemas a la hora de mantenerse centrados en una tarea, sin embargo, pierden la motivación para el desarrollo de ejercicios. Un profesor debe captar la atención de estos hacia la asignatura con otro tipo de recursos, despertando la curiosidad de los alumnos. Esta es una de las etapas más complejas para captar la atención y motivación de los alumnos. La motivación intrínseca puede ser una solución a este problema.

La importancia del lenguaje verbal y no verbal para captar la atención

Tanto el lenguaje verbal como el lenguaje no verbal son importantes a la hora de captar la atención de los alumnos cuando tenemos que mandarles la realización de una tarea o cuando estamos explicando un concepto que deben retener.

  • Mantén el contacto visual antes de empezar a explicar y después. Si no te mira a los ojos, es bastante probable que tampoco te escuche. Además te permitirá saber si lo ha entendido o no. Este punto es completamente necesario cuando los alumnos son de infantil.
  • Una vez que has explicado la tarea es bueno que hagas que un par de alumnos repitan lo que previamente has explicado. Así te aseguras que todos lo vuelven a escuchar un par de veces y compruebas si has sido escuchad@.
  • Utiliza esquemas coloridos para repetir tareas simples y repetitivas, por ejemplo, cómo deben dejar su mesa recogida antes de irse, cómo deben realizar determinados ejercicios o incluso las normas que deben cumplir.
  • Enseña reglas mnemotécnicas a tus alumnos, te asegurarás que recuerdan lo que deben hacer al tiempo que les enseñas herramientas para su futuro académico. Estas técnicas serán las favoritas de los más pequeños ya que muchas de ellas explotan la creatividad.
  • No te enrolles a la hora de explicar una tarea, sé claro, conciso y simple. Si haces un discurso muy largo, tu alumno, de la edad que sea, se perderá.
  • No exijas más de lo que pueden dar. La edad determina la capacidad cognitiva que tiene un alumno y forzarlos puede presionarlos demasiado y que no se sientan cómodos.

Lenguaje no verbal para reducir la disruptividad en el aula

Existen tres trucos claves para evitar que nuestros alumnos desconecten, molesten y alteren la clase cuando nos toca enseñar algo complejo o largo de explicar.

Desplazamiento y rotación

El primero de ellos es desplazarse y rotar. No podemos quedarnos quietos enfrente de la pizarra mirando a todos nuestros alumnos y esperando que estos mantengan su atención así porque sí. Debemos movernos a lo largo del aula para que nos pierdan de su campo de visión y tengan que estar pendientes de nosotros, pero no demasiado rápido como para que nuestros alumnos se mareen o estén más pendientes de nuestro movimiento que de la explicación. Además girarse para vernos cuando nos desplacemos a la punta contraria del aula es una postura incómoda que favorecerá que se centren en nosotros.

Aproximación y contacto

El segundo es la aproximación y el contacto. Esta técnica funcionará con un gran porcentaje de nuestros alumnos, especialmente con aquellos que alteran la clase constantemente porque están hablando con el compañero. Este truco consiste en acercarse a ese alumno que está hablando o distorsionando la clase sin fijarnos en él, pero sin parar nuestro discurso o cambiar el tono. Debemos mantenernos tranquilos. Una vez que estemos junto a ese alumno, no hablaremos con él, no le echaremos la bronca, pero sí le tocaremos el hombro o la muñeca. El alumno captará el mensaje sin nosotros transmitir intranquilidad, impaciencia o cualquier otro sentimiento negativo.

Invasión sutil del espacio

Del mismo modo que el anterior, si tenemos un alumno que está alterando la clase o hablando con el compañero, debemos hacernos de la misma manera que antes, pero esta vez con una diferencia: nos acercamos hasta colocarnos muy cerca de él y nos sentaremos en su pupitre.

Es una técnica totalmente invasiva, la más fuerte de las tres, sin embargo, es la más efectiva. El alumno no se espera ese movimiento y al mismo tiempo toda la clase pilla el mensaje: no habléis mientras explico. Debemos hacerlo de forma natural como antes, sin que nuestro tono de voz cambie o paremos de hablar, pero debemos mantenernos unos minutos encima del pupitre del alumno.

Lo sorprendente de estos métodos es que no tenemos que hablar con el alumno, por tanto, no se crea conflicto, no se dañan sentimientos y no damos una imagen que no queremos dar.

Recuerda que siempre debes innovar en el aula, por ejemplo, con el método Montessori, y ser capaz de adaptarte a tus alumnos para mantener en todo momento su atención dentro del aula. Esperamos que os haya ayudado este artículo.

 

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