Podemos resumir en una sola frase el verdadero sentido del aprendizaje cooperativo: trabajando juntos aprendemos a hacer las cosas solos. Dentro del sistema educativo moderno resulta imprescindible no solo la formación en el conocimiento y el desarrollo de habilidades personales, sino también el fomento de factores de socialización de cara a una correcta inserción del individuo en las diferentes estructuras de la sociedad.
El aprendizaje cooperativo no solo prepara al alumno como individuo con futuras competencias sociales, también colabora en la formación de activos importantes para el avance y progreso de la comunidad dentro de una sociedad que necesita del trabajo en equipo y la colaboración para alcanzar objetivos comunes.
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¿Qué es el aprendizaje cooperativo?
El aprendizaje cooperativo es un modelo educativo basado la organización de las actividades dentro del aula para la realización de las tareas de manera colectiva, pretendiendo lograr el objetivo del aprendizaje tanto a nivel personal, como para el beneficio del grupo.
John Dewey, filósofo, pedagogo y psicólogo norteamericano fue quien habló por primera vez de este modelo de educación interesado en fomentar el aprendizaje de conocimientos en base a la interacción y la ayuda de pequeños grupos humanos heterogéneos.
Este modelo de aprendizaje comprende un conjunto de procedimientos, técnicas o estrategias a poner en marcha dentro del aula. Recursos organizados para que tanto el alumnado como el docente trabajen juntos habiendo definido previamente unas metas claras y concretas.
El valor del aprendizaje cooperativo dentro del aula
La puesta en práctica del modelo de aprendizaje cooperativo fomenta valores como la creatividad, el compañerismo, la participación y la colaboración. También se aprende a delegar tareas y responsabilidades, conocer distintos roles y manejar su complementariedad, fomentar la convivencia y el diálogo en pro de un objetivo común. Competencias todas que favorecen la educación de las personas como individuos independientes y, a la vez, interdependientes dentro de una misma comunidad o sociedad.
Es importante saber conjugar el aprendizaje cooperativo con el modelo de aprendizaje competitivo. No conviene olvidar la enseñanza de superación personal y progreso individual. El trabajo particular para lograr metas de aprendizaje que marcarán los éxitos individuales del alumno. El trabajo en equipo debe ser un complemento para la formación del alumno que le aporte valor a la hora de mejorar en el plano particular. Y con él, las capacidades para la obtención de logros personales tanto a nivel escolar como en la vida adulta.
Será labor del docente el establecer los tiempos para ambos aprendizajes dentro del marco del aula, organizando las actividades y recursos, y tratando de formar grupos lo más heterogéneos posibles capaces de formar una identidad de grupo y a la vez potenciar las habilidades individuales, alentando la comunicación positiva y la participación equitativa que beneficie al resultado colectivo, trabajando la interacción y el consenso en la toma de decisiones, y también enseñando la importancia de una responsabilidad individual dentro del colectivo.
¿Qué recursos y actividades podemos utilizar para el aprendizaje cooperativo?
Existen numerosas dinámicas grupales para el desarrollo del aprendizaje cooperativo entre el alumnado. Tanto a niveles infantiles como de Educación Primaria o Secundaria.
El docente de educación infantil podrá adaptar juegos y actividades habitualmente individuales al plano grupal, por ejemplo, crear grupos de 3 o 4 niños y niñas alrededor de una mesa para elevar una construcción de bloques o piezas que sean colocadas una a una entre todo el grupo; o transmitir la creación de un dibujo conjunto, para lo que bastará un folio en blanco, muchos lápices o ceras de colores y un grupo de varios niños dispuestos a poner su granito de arena en el dibujo final.
La lectura e interpretación conjunta del capítulo de un libro o de un texto seleccionado puede ser una buena técnica de aprendizaje cooperativo en la enseñanza primaria y secundaria. Un alumno leerá un párrafo que un compañero interpretará y resumirá, mientras que el resto del equipo debatirá sobre el éxito de éste. Posteriormente se sucederá la lectura de párrafos entre el resto de miembros del grupo.
O, por ejemplo, la técnica 1-2-4 a través de la cual se resuelve una pregunta, problema o ejercicio de manera individual, para posteriormente contrastar el punto de vista o solución con uno o varios compañeros hasta llegar a un consenso. Una estrategia que fomenta la opinión propia, la recapitulación de ideas, la argumentación y la puesta en común.
Desde la aparición del aprendizaje cooperativo, un gran número de maestros, pedagogos, docentes, han trabajado por desarrollar este modelo educativo, creando y perfeccionando ideas, recursos y técnicas que han favorecido no solo las competencias individuales sino también las colectivas del alumno.