A tu bebé le ha subido repentinamente la fiebre. Sin más síntomas aparentes, comienzas a preocuparte por la razón de su incremento de temperatura que ha llegado hasta los 40º. Tras poco más de un par de días en estado febril una especie de manchas moteadas por cuerpo y cara comienzan a surgir y coincidiendo con su aparición, la fiebre desaparece. No hay duda de que tu bebé ha sufrido una infección vírica conocida como la “sexta enfermedad” o el exantema súbito. Te contamos qué es.
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También denominada “roséola” o “fiebre de los 3 días”, el exantema súbito se conoce como la sexta enfermedad de los bebés, puesto que fue descubierta con posterioridad a otras infecciones infantiles como el sarampión, la escarlatina, la rubéola, la varicela, y el eritema.
El exantema súbito es una infección vírica muy frecuente entre los niños de entre 6 meses y 3 años. Resulta alarmante para los padres dada la elevada fiebre en el bebé, que puede llegar a los 39º-40º y su permanencia durante 3 días.
Si bien, se trata de una infección inocua puesto que no reviste más dolencias que la de la mera subida de temperatura. Cuando han pasado tres días de fiebre en el bebé, ésta desaparece dando paso a unas erupciones rosadas en la piel, sin ningún tipo de picor ni molestia. Nacen en el pecho y brazos para pasar hasta el rostro del bebé. Al cabo de un día dejan de estar visibles en el cuerpo del bebé, eliminándose espontáneamente y por completo, todo resto de la infección. No deja secuelas de ningún tipo.
Como indicábamos anteriormente, el exantema es una infección vírica. Está producida por un virus herpes y prácticamente todos los niños pasan esta enfermedad durante su infancia. Siempre después de cumplir los 6 meses, ya que antes el lactante todavía cuenta con anticuerpos maternos que lo protegen.
El periodo de incubación del virus es de entre 5 y 15 días. No existe una época proclive a su aparición. Puede ocurrir durante todo el año y cualquier estación. Aunque, es cierto que es más frecuente entre bebés que asisten a guarderías. Su contagio se produce por la transmisión por contacto con la saliva de un afectado. Tos, estornudos, etc.
No existe un tratamiento ni vacuna para el exantema súbito. Su único síntoma es la fiebre. No hay malestar general más que el propio de la alta temperatura. Podemos, únicamente, optar por dar paracetamol al bebé para calmar una posible irritabilidad a consecuencia de la fiebre. O eliminar capas de ropa y ofrecer agua para compensar su temperatura corporal.
La única prevención posible que existe para un exantema súbito es la de mantener una buena higiene en el bebé, cuidando especialmente el lavado frecuente de manos.
Una vez que el bebé ha pasado el exantema súbito o roséola, queda inmunizado ante él. Ya no podrá sufrirlo nuevamente. Se estima que un 90% de los bebés lo pasan en algún momento antes de los 3 años. Superada esa edad es muy improbable que esta enfermedad aparezca, aunque existen casos de adultos que también lo han experimentado, siendo más delicada su aparición por las complicaciones o secuelas que pueden acompañarle.
La recomendación a los padres es siempre la de mantener la calma y observar la evolución. Es cierto que, esos varios días en los que el bebé no baja la alta temperatura pueden resultar alarmantes, pero el exantema súbito es de difícil diagnóstico, no siendo visible hasta que aparecen las manchas corporales. Ante la duda, se aconseja acudir a un pediatra o calmar cualquier molestia con antitérmicos.
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