Prepararse una oposición no es tarea fácil, ni tan siquiera es un objetivo a cumplir a medio plazo. En muchas ocasiones, hacerse con la ansiada plaza es cuestión de algunos años, por lo que es importantísimo disponer de entereza suficiente para volver a empezar con la preparación de oposiciones cuando no lo hemos conseguido. Por eso, en este post, vamos a lanzarte un reto preguntándote: ¿eres del 80% o del 20%?
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Los opositores de educación
Seguramente hayas oído a tu abuela mencionarte alguna vez: “Hijo/a, siempre estás con un libro bajo el brazo”. Y la verdad es que no le falta razón.
Los opositores de educación son estudiantes incansables, no por agotamiento, sino por necesidad. Las oposiciones suelen convocarse cada dos años según especialidad, pero ya depende de la comunidad a la que queramos presentarnos. Es por ello que nunca se deja de estudiar y de prepararse el temario.
El azar en la vida del opositor: ¿influye la suerte?
Muchas veces habrás oído decir que sacarse una oposición es similar a que te toque la lotería. Es un ejemplo para plasmar la fortuna que siente uno cuando consigue sacarse la plaza, aunque puntualicemos, la gran diferencia con respecto a la lotería es que aquí se consigue a base de sudor y lágrimas, y admitámoslo, el mérito es nuestro.
Aunque no deja de haber un factor, llamémosle azar, que hace que conseguir la plaza se deba en parte al factor suerte: que saquen las bolas que manejas, que sepas desarrollar bien el temario, el tribunal que te toque, el orden en la exposición… son muchos los motivos que influyen y que escapan a nuestro control. Pero sin un esfuerzo previo, estos obstáculos no se podrán salvaguardar ni por obra de un milagro.
Automotivación, la clave de la fuerza del opositor
El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
Digamos que este refrán nos anima a seguir adelante, a tener autodeterminación y a resurgir como el ave fénix cuando volvemos a caer por el mismo motivo.
Dedicarse a una oposición es un sacrificio inmenso, en el que todo nos la jugamos a un mismo número: si triunfamos, nos lo llevamos todo, pero si fallamos nos quedamos con una gran sensación de vacío y de haber perdido el tiempo.
Sin embargo esto no es así: cuando no conseguimos sacar plaza, aunque nos quedemos a unas décimas, hemos de estar orgullosos de nuestro logro personal. Es muy probable que entremos en bolsa y en un breve lapso de tiempo, estemos trabajando. Y admitámoslo, no es un empleo para toda la vida, pero nos otorgan el mismo sueldo, las mismas vacaciones, y lo que es mejor, el maravilloso placer de formar a las personas que algún día heredarán nuestra sociedad, convirtíendose en los futuros médicos, ingenieros, creativos o empresarios que habrán que nuestro mundo siga su curso cuando nosotros no estemos.
Incluso cuando no conseguimos aprobar la oposición tampoco hemos de dejar que el sentimiento de derrota nos domine: hemos cogido “tablas” para las siguientes oposiciones, que no es otra cosa que experiencia ante el llamamiento, controlar el reparto del tiempo en los exámenes, a dominar los nervios ante el tribunal…Toda esa experiencia puede marcar algún día la diferencia entre tú que obtendrás la plaza, y los demás, más inexpertos, que tendrán que probar más suerte.
Así que recuerda, como decía la canción de Manolo García: “nunca el tiempo es perdido”
La responsabilidad y la perseverancia, dos dones que hay que trabajar y conservar
Si hay otro aspecto que hace destacar a los buenos opositores de educación es la responsabilidad y la constancia con la que trabajan su preparación.
¿Alguna vez te has topado con alguien que madruga cada mañana para antes de las 8 o 9 estar ya sentado preparado para empezar a estudiar? ¿Te ha sorprendido que haya gente que incluso en festivos estén por la tarde estudiando sin cesar en lugar de andar haciendo otras cosas?
Puede que tengas amigos así, o puede que sea tu caso. En función de cómo contestes a estas preguntas sabrás si eres del 80% o del 20%.
Y si todavía no eres de los que lleva en su estandarte las palabras responsabilidad+perseverancia, es hora de que te pongas manos a la obra y comiences a transformar la oposición en una rutina.
Piensa que todo lo que pongas de tu parte hará que estés más o menos cerca de tu plaza.
Planificación: el tiempo es oro
Por último, otra de las claves que marca la diferencia es la planificación del tiempo. Si sabes organizar bien el temario, repartirlo en pequeños objetivos que vas cumpliendo y vas anotando todos tus progresos, es muy probable que seas un opositor de educación de los buenos.
En las oposiciones no sirve “meterse el atracón” en el último mes: no conseguirás asimilar correctamente tal cantidad de temario, sino que es probable que aprendas los conceptos por encima e incluso que confundas temas, armándote un verdadero lío.
Es más, las pequeñas particiones de material de estudio, benefician la memorización.
Cuanto ni más si necesitas puntos. Tendrás que realizar con tiempo los cursos de educación necesarios para que los valoren en la fase de méritos. Y, para que no te pille el toro, es mejor realizarlo con tiempo para que obtengas el certificado lo antes posible.
Conclusión
Te recomendamos que hagas una reflexión de todos los puntos que hemos repasado para que analices, ahora que tienes tiempo, en qué puntos necesitas mejorar para ver si eres del 80% o del 20%.
Y además, te recomendamos que leas nuestro artículo Cómo identificar al opositor perfecto